Denboraren naufrago, ya con una clara intención de renovar el sonido de la trikitixa y de desarrollar su particular estilo, aunque siempre sin olvidar las raíces, es el segundo trabajo de estudio de Xabi Aburruzaga.
En este trabajo Aburruzaga despunta con lo que marcará su forma de hacer música, elevando la trikitixa a la altura de otros instrumentos y mezclando sus sonidos con los de algunos provenientes de mundos más cercanos al folk (violín, mandolina, alboka, txalaparta…), otros más habituales en la música pop (batería, bajo, guitarra, piano…).